Noches de sexo y vodka.

Noches eternas de amantes turbulentos a quita piel, roces de amor y fantasías que llenan huecos de intimidad escondida como la luna del medio día. Miradas ocultas como magos sin dirección, tragos de felicidad de épocas escondidas, sin temores ni medidas, sin heridas ni pasado, no existen los demás, existen cuerpos y existen almas, pasiones y enredos, existe el amor, existe el vodka. Dominios de alegrías, creador de frases escondidas, matador de mentes encendidas. Guerras de besos y batallas de cuerpos, se crea la paz en aquella cama de quinta, en aquel cuarto escondido, donde solo existieron dos, donde nadie llamo nunca, donde el odio nunca existió, donde el amor fue protagonista y las estrellas fueron secundarias. Inspirados en aquellas noches de lluvia donde los separaba la vida, donde se imaginaban mientras tomaban café y vodka, mientras los cigarros eran los testigos, de aquel amor esperado desde siempre, encontrado por el destino, oportunidades vacías, de pasiones controladas, de luces neones, de alcohol y platicas eternas. Calurosas noches de invierno que se crean cuando se crea el sexo, cuando se crea la vida. Y basamos todo en eso, en la vida mientras el sexo sucede, mientras las platicas en la cama se hacen eternas, mientras los cuerpos desnudos se acarician, los cigarros se acaban uno tras otro, como sinfonía de eternidad. Se agudiza la razón, el vodka cae en la taza y los besos se hacen mas fuertes, porque la vida es eso que pasa mientras tenemos sexo y bebemos vodka y café.