Es un adios.

 Los adultos mayores piensan que el suicidio es la salida fácil a los problemas, lo ven como un acto de cobardía para no afrontar las dificultades, pero jamás se detienen a pensar en que estaba pasando la otra persona para llegar al punto de quitarse la vida. Desde los 12 años llevo luchando con la tristeza, la soledad y el desamor, llevo años luchando contra el deseo de suicidarme, años de lucha contra mi mente y mis pensamientos. He tenido dos intentos de suicidio a lo largo de mi vida y en ambos he sido salvada por el amor de mis amigos y mi hermana, en ambas ocasiones con ellos quienes se han quedado a mi lado tratando de ayudarme, tratando de tenerme aquí. Siempre que la idea de matarme viene a mi pienso en mis perros, en mis amigos y mi hermana, en como afectaría sus vidas el que yo me deshaga de la mia. Quiero que sepan que si algún día la depresión gana la batalla y yo muero, sepan que los ame con todo mi corazón, que agradezco tanto amor, tanta paciencia y tanto apoyo que me brindaron, perdón por lo poco que pude darles. Si algún día la soledad gana, les pido que se hagan cargo de mis perros, ellos van a necesitar seguir recibiendo amor de alguien y si me alcanzan a donde yo vaya, será mejor. Hace un año estuve en terapia, no funciono, el pensamiento que todo es mi culpa, de que soy poca cosa, que jamás cumpliré mis metas y que soy el error en mi casa sigue más presente que nunca, estoy perdiendo la batalla y nadie escucha mis gritos de auxilio. Mi alma está rota, mi vida no vale nada, yo no valgo nada y los problemas solo se me acumulan, ya no quiero vivir. Desde los veinte años me entro la idea de ser parte del club de los veintisiete, lo tomaron a broma, no es broma, quiero pertenecer a ellos porque los mismos demonios atacan mi cabeza. Me estoy ahogando y ya no se si quiero ser salvada o no; nunca aprendí a nadar y sigo sin aprender. Quiero gritar, quiero llorar pero no tengo un lugar seguro para hacerlo, no quiero seguir siendo una carga emocional para nadie, menos para las personas que amo. Hubiera querido tener una vida diferente, vivir en otro país, donde nadie me conozca, tal vez en mi siguiente vida logre ser feliz. Si muero, no quiero funeral, no quiero que la gente que jamás me quiso sinceramente vaya y lo lamente, no quiero un funeral donde llegue gente hipócrita. Quiero ser enterrada junto a papi para estar con él en la eternidad. A mis amigos les permito llorar mi muerte, espero que sean felices siempre y que cuiden su salud mental y la de sus hijos, para que crezcan con paz, amor y bondad. Pueden tomar esta carta como un berrinche, como manipulación, como despedida o como un grito de ayuda, estoy desesperada y nadie lee aquí, espero sea un adiós. Todavía no sé cómo pasara, ningún método funciono antes, solo quiero dormir y más nunca despertar, me librare de mis demonios, me dejaran en paz por fin. Hubiera querido ser profesional pero la tristeza, el capricho y el creerme estúpida ganaron esa batalla, en otra vida espero ser escritora o criminóloga, Abogada o historiadora, en otra vida espero ser feliz, no tener demonios y lograr cosas buenas porque en esta solo fui un estorbo, una carga y lo peor que le pudo pasar al mundo. Me siento sola, abandonada, triste, sin valor, mala, rota, una basura, ya no quiero sentirme así, ya no quiero sentir nada, quiero que el dolor salga de mi pecho y no logro hacerlo, no sé cómo ser feliz, no sé cómo estar en paz, no sé cómo vivir y prefiero morir.


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